Antonio Palacios Romero
Maestro de almazara de la Cooperativa de San Nicolás de Marinaleda (Sevilla).
Antonio Palacios Romero, maestro de la cooperativa San Nicolás de Marinaleda. Fue con el cambio de milenio cuando inició su vinculación profesional con esta cooperativa. Aunque comenzó como molinero, gracias a su afición a la mecánica pronto pasó a encargarse del mantenimiento técnico y en un par de años asumió la máxima responsabilidad en el proceso productivo del aceite de oliva virgen extra en esta almazara.
Además de haber aprendido de sus mayores, también ha tenido que aprender muchas cosas él solito, porque nos confiesa “cuando te gusta tu oficio nunca dejas de pensar en qué puedes mejorar”.
Durante la campaña inicia su actividad a partir de las 14 horas con la apertura de la zona de descarga de las aceitunas recolectadas durante esa mañana, de modo que la molturación sea lo más rápido posible, de un fruto fresco y sano. “Se sabe a qué hora se empieza, pero nunca a la que se acaba cada jornada” nos apunta Antonio, ya que depende de la cantidad de aceitunas entregadas en ese día y si ha habido alguna incidencia en su extracción. Y no finaliza la jornada con una vez molidas las aceitunas, hay que dejar todo completamente limpio y preparado para la siguiente jornada.
En la cooperativa San Nicolás cuentan con dos líneas de recepción y dos aclaradores, para cuando uno se llena poder seguir trabajando sin parar y así no desperdiciar el tiempo.
A la hora de determinar la clave para conseguir un buen aceite de oliva virgen extra Antonio pone el foco en recibir una aceituna fresca, sana y en su punto óptimo de maduración, por lo que considera fundamental la labor del agricultor. En su ámbito, limpieza, tiempo y temperatura son los dos factores más relevantes en el logro de un zumo de aceituna de alta calidad. “Que esté todo limpio siempre, realizar todo el proceso extractivo por debajo de 27 grados en el mínimo tiempo posible son mis principales preocupaciones” señala Antonio.
Antonio rememora con orgullo y emoción todos los momentos que ha pasado trabajando, todas las horas que ha pasado en esta cooperativa y todos los esfuerzos que ha tenido que hacer para resolver cada imprevisto que ha surgido en todos estos años. “Todos los esfuerzos merecen la pena cuando campaña tras campaña podemos disfrutar de un zumo de aceituna lleno de calidad y de cariño” nos confiesa Antonio para finalizar esta entrevista.
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